18 Aug Psicólogos y Creatividad
Este post va dedicado a mis colegas psicólogos y psicólogas. A lo largo del post utilizaré la palabra “psicólogo” para referirme tanto a los “psicólogos” cómo a las “psicólogas”, de ambos géneros, masculino y femenino, es cuestión de evitar símbolos como “@ – / “que a mi modo de ver hacen un poco dificultosa la lectura…
ACTITUDES CURIOSAS QUE BLOQUEAN LA CREATIVIDAD
¡aplicable a psicólogos!
El exceso de certeza… la costumbre… el miedo a lo desconocido.
En primer lugar,
Como psicólogos y psicólogas la actitud profesional que tomamos, solemos ceñirnos al enfoque y la orientación teórica que hemos recibido. Nuestros predecesores y grandes modelos nos han enseñado cómo ser formal y “ajustarnos a la realidad”.
Como personas, mantenemos la ilusión de estabilidad y control. Ello nos hace ser poco flexibles y los filtros que utilizamos para dar coherencia a nuestra existencia (modelos, experiencias, roles, imposiciones, normas vitales…) a veces nos fallan, porque la estabilidad y el no-cambio es una ilusión.
En segundo lugar,
Los mitos y falsas creencias sobre la dicotomía entre “arte-creatividad” y “vida cotidiana”. No importa cómo nos ganemos la vida, solemos pensar que para ser un buen profesional, o una persona seria y formal, coherente con nosotros mismos y con los demás debemos ser disciplinados, y sí, es verdad, ¡pero eso no quiere decir que los artistas seamos sentimentales y chapuceros!
Si te pasa como a mi, que trabajo en Ibiza de psicóloga y no te ves obstaculizado por la dicotomía “ciencia contra arte” puede que te intimide la “creatividad”, puedes verla como un talento escaso que pertenece a los pocos bendecidos con este don, nada más lejos de la realidad: el pensamiento creativo constituye la norma y se pone de manifiesto en todas las actividades mentales, y como no en tu a día día como psicólogo. Un ejemplo de las posibilidades creadoras de tu cerebro es la facilidad con que continuamente pronuncias nuevas frases!
PSICÓLOGOS, BLOQUEOS Y RESISTENCIAS INTERNAS…
1. Miedo a fracasar: o lo que es lo mismo miedo a ganar. Adoptar una posición segura, sin riesgos aparentes. Sacrificamos la posibilidad de ganar y disfrutar con lo conseguido por evitar el posible dolor y vergüenza del fracaso.
El psicólogo adopta una posición segura. En general se lo percibe como apoyo, no como desafío o fuente de energía.
2. Renuencia a jugar: Estilo de resolución de problemas literal, excesivamente serio; no ‘tomar por el lado del juego’ el material. Temor de parecer tonto o disparatado.
El Psicólogo que se ha ganado la fama de grave y serio, le resulta difícil usar el humor en su trabajo, le cuesta reírse de sí mismo y hacer experimentos con nuevas maneras de sentir y vivir.
3. Miopía ante los recursos: poco reconocimiento de la energía propia; falta de apreciación por los recursos que ofrece el medio (personas y cosas).
El psicólogo habla por lo general demasiado. No observa la relación entre el cliente y el medio.
4. Exceso de certeza: Rigidez de respuestas en la resolución de problemas; reacciones estereotipadas; persistencia en un comportamiento que ha dejado de funcionar; no verificación de los propios supuestos.
Por lo general, el psicólogo que se excede en la certeza, confía exclusivamente en una sola escuela de terapia. Se aferra a técnicas específicas, por ejemplo, el hablar a una silla vacía, el recurrir a una clase particular de “trabajo corporal”, mandar las mismas tareas para casa a los diferentes clientes, etc. Tiende a no leer sobre el trabajo de otros y a no incorporarlo a su propio estilo. Con frecuencia se interesa más por su forma particular de trabajar que por las necesidades de creación de sus clientes.
5. Evitación de frustraciones: Renunciar demasiado pronto cuando surgen imprevistos y obstáculos; evitar el dolor o la incomodidad que a menudo se asocia con cambios o soluciones de problemas distintos de los conocidos.
Todo psicólogo tenemos nuestros “puntos ciegos”, áreas de dificultad que nos son propias. “Niega” o evita la frustración. Inconscientemente dirige los asuntos o temas hacia zonas en las que tiene experiencia, donde siente que puede hacer algo constructivo.
6. Sujeción a la costumbre: Excesivo énfasis en las formas tradicionales de hacer las cosas; demasiado reverencia por el pasado; tendencia a la conformidad cuando ésta no es necesaria o útil”.
El psicólogo: desempeña el papel del psicólogo ideal, en vez de ser natural y sentirse cómodo siendo lo que es.
7. Vida empobrecida de la fantasía: Falta de “imaginación” en el sentido del ‘Supongamos “ eehhh!!!…un momento….” o del “ qué sucedería si…”
El psicólogo se acomoda a la visión del cliente, antes que a su fantasía. Puede descuidar su fantasía en beneficio de la “estipulación de objetivo” y la “conclusión de contrato”.
8. Miedo a lo desconocido: Evitar situaciones que carecen de claridad o presentan una probabilidad de éxito desconocida; atribuir demasiada importancia a lo que se desconoce en relación con lo conocido; necesidad de conocer el futuro antes de seguir adelante.
9. Necesidad de equilibrio: Incapacidad para tolerar el desorden, la confusión o la ambigüedad; disgusto por lo complejo; excesiva necesidad de equilibrio, orden, simetría.
10. Renuncia a ejercer influencia: Miedo a parecer demasiado agresivo o prepotente al influir sobre otros; vacilación en la defensa de las convicciones propias; poca eficiencia para hacerse escuchar”.
11. Renuncia a permitir que el proceso siga por sí solo: preocuparse demasiado en resolver el problema, no dejar tiempo para que la idea incube o que las cosas sucedan naturalmente falta de confianza en las capacidades.
A menudo debe bastarnos el haber plantado una semilla y dejar que la naturaleza siga su curso y confiar en el proceso
12. Vida emocional empobrecida: Incapacidad de apreciar el poder de la emoción y falta de conciencia de la importancia que tienen los sentimientos.
El psicólogo que aplica la energía en mantener a raya las expresiones y vacila en explorar aquellos sentimientos que le resultan de difícil comprensión.
13. Falta de integración entre Yin y Yang: No utilizar suficientemente las maneras de llegar por contraste a la esencia de las cosas; polarizarlas entre los opuestos en vez de saber cómo integrar lo mejor de ambas partes; carecer de una percepción unificada de la totalidad del universo.
El terapeuta, la psicóloga o psicólogo que se bloquea ante la relación Yin-Yang es una persona bipolar. Tiene un rígido concepto de sí mismo y, en consecuencia, está restringido en su evaluación de los demás.
14. Embotamiento de la sensibilidad: “No emplear adecuadamente los sentidos básicos como manera de conocer; tomar contacto sólo en forma parcial con el propio ser y con el medio; atrofia de la capacidad de explorar; sensibilidad pobre”.
Y a ti, que ejerces cómo psicólogo ¿Cuál de ellas te resulta más familiar?
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